Compensar la huella de carbono es una misión que debemos asumir como tarea primordial las personas y empresas. El momento no podría ser más propicio si tomas en cuenta los preocupantes resultados dados a conocer recientemente.

El Boletín anual de gases de efecto invernadero de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), advirtió sobre la cantidad de CO2 lanzada a la atmósfera. El estudio refleja que en 2020 alcanzaron los mayores niveles de los últimos 3 000 000 de años.

La concentración de dióxido de carbono en 2020 fue 149 % más alta que los parámetros que existían antes de la era de la industrialización. De nada sirvieron las cuarentenas inducidas por la pandemia de la COVID-19, pues los números alejan al mundo de sus metas climáticas.

Cómo generamos huella de carbono

Todos los seres humanos generamos huella de carbono, que son los gases de efecto invernadero (GEI) que emitimos a través de nuestras actividades diarias. Si usas combustibles fósiles en vehículos o maquinaria, generas reacciones químicas durante procesos productivos, lo mismo utilizando electricidad o la computadora.

The Nature Conservancy es una ONG a nivel mundial que realizó un estudio para saber cuánto CO2 emitimos anualmente los seres humanos. Sus cálculos arrojaron que en promedio son cuatro toneladas por persona y esa cifra se cuadruplica si se vive en una nación desarrollada.

Sembrar arboles para compensar huella de carbono

Sembrar árboles es una de las mejores formas de reducir o compensar huella de carbono, debido a su capacidad para absorber CO2.  Una hectárea de bosque de 20 años de edad es capaz de captar el equivalente a lo que una persona genera cada año. Adicionalmente, un solo árbol es capaz de producir oxígeno para 20 individuos.

Esto ocurre gracias a que, durante la fotosíntesis, un proceso natural en las especies vegetales, una planta captura del CO2 para generar carbohidratos. Estos son la energía que utilizan los árboles para crecer y mantenerse saludables. La eliminación de las emisiones de CO2 en la atmósfera tiene el poder de revertir el calentamiento global.

Pero los beneficios no solo son de índole ambiental para el planeta. Cada día se están promoviendo más ventajas para quienes siembran. En el caso de las personas jurídicas, los gobiernos están brindando beneficios denominados ‘bonos de carbono’. A través de ellos se puede acceder a créditos o exoneraciones en el pago de impuestos.

Todos podemos sembrar árboles

Es una tarea que se puede llevar a cabo en forma directa o simplemente tercerizarla a través de compañías ambientales especializadas en el tema. Regalar árboles también es una alternativa ecológica para relacionarte con tu entorno. Con ello estarás ayudando a las comunidades a compensar huella de carbono. Si no nos comprometemos todos, entonces las consecuencias serán irreversibles para la vida en el planeta.

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