Debido a la creciente preocupación por el cambio climático global y las emisiones de carbono como causa, muchas empresas y organizaciones están llevando a cabo proyectos de medición y mitigación de su huella de carbono. Si ahora mismo te estás preguntando «¿cómo compenso mi huella de carbono?», no te preocupes. A continuación te explicamos en qué consiste, para que te asesores y puedas aportar tu granito de arena a la reducción de este fenómeno.
¿En qué consiste la huella de carbono?
Básicamente, es la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, que se liberan a la atmósfera por una actividad en particular. Esta puede ser una medida extensiva y aplicable a las acciones de una persona, una familia, una organización o incluso un país entero.
Por lo general, se mide en toneladas de CO2 emitidas por año. La medida de esta cantidad se puede complementar con la suma de toneladas de gases equivalentes a CO2, incluidos el metano, el óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero.
¿Cómo llegar a una huella de carbono cero?
La reducción de huella de carbono de una empresa se convierte en algo imprescindible. De hecho, muchas de ellas persiguen el objetivo de alcanzar una huella de carbono cero. Pero, para lograrlo, las empresas deben conocer primero sus emisiones actuales. Concretamente deben contabilizar sus emisiones directas e indirectas, y convertirlas en sus equivalentes en dióxido de carbono. Así es posible hacerse una idea del impacto que una empresa genera en el clima mundial.
Así pues, para calcular una posible compensación de tu huella de carbono en Colombia, es importante cuantificar y evaluar los diferentes niveles de contaminación producidos.
¿Por dónde debe comenzar una empresa interesada en realizar este cambio?
Antes de calcular la huella de carbono de una empresa, es importante considerar por qué se desea calcular y cómo está relacionada con la estrategia general de sostenibilidad de la empresa. Al pasar a un modelo de negocio más sostenible, es importante comprobar primero cómo encaja esta forma de funcionar con los valores y las estrategias del negocio. Ya que este es un tema de interés general, listamos algunas iniciativas que una empresa interesada puede comenzar a explorar.
Sector Oil & Gas
El sector Oil & Gas tiene todas las oportunidades de mejora, al participar en iniciativas de colaboración global que promueven mejores prácticas. Estas pueden incluir, por citar un ejemplo, una tabla de comparación coordinada entre empresas que tengan metodologías unificadas para la medición del gas metano.
Hidrógeno verde
La mayoría de los expertos coinciden en que el uso del hidrógeno verde será fundamental para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Por ende, hay determinados sectores de la economía cuyas emisiones son difíciles de eliminar, y donde el hidrógeno es clave. Aproximadamente se producen, a nivel mundial, 70 millones de toneladas de hidrógeno verde para su uso en la fabricación de acero, producción de fertilizantes, procesamiento de alimentos, etcétera.
Energías renovables
Las energías renovables, como la eólica o la solar, están cubriendo al mundo bajo un manto verde de esperanza. A fines de 2017, la capacidad instalada global de energía renovable superaba los 1.000 giga vatios; una cantidad similar a la capacidad instalada total de energía eléctrica de un país como los Estados Unidos.
Sin embargo, las adiciones de fuentes eólicas y solares durante las últimas décadas representan solo el 3,6 % de la producción mundial de energía. En este sentido, aún nos queda mucho camino por recorrer.
Plásticos de un solo uso
Un 50 % del plástico que utilizamos es de un solo uso, por lo que hacer cambios simples podría reducir drásticamente la cantidad de contaminación plástica que producimos. Reutilizar, reducir y rechazar son políticas que deben extenderse en empresas por igual.
Huella hídrica
En el caso de una empresa, estamos hablando del volumen total de agua dulce que utiliza para su producción. Esta métrica permite a las empresas averiguar dónde y cuándo se utiliza el agua en un negocio, y, por tanto, dónde pueden tratar de disminuir su gasto.
En efecto, las empresas líderes de todo el mundo se están dando cuenta de que deben gestionar estos riesgos poniendo la huella del agua en sus agendas, al igual que lo hacen con la huella de carbono.
Objetivos de desarrollo sostenible
Estamos hablando de una agrupación de iniciativas lideradas por la ONU que busca una meta ambiciosa enfocada al 2030.
Son 17 en total, y su objetivo es crear conciencia, en aspectos sociales, ambientales y económicos, que finalmente repercuten, entre otros importantes aspectos, en la huella de carbono mundial. La clave de estos objetivos es que todos pueden contribuir; por eso, es un deber conocerlos e implementar medidas que los favorezcan desde las empresas.
Como hemos visto, la huella de carbono es un problema de todos… Y si los países y sus industrias se comprometen con la sostenibilidad, transmitirán ese valor a sus clientes y su impacto se verá reducido considerablemente.