El concepto de ciudades sostenibles está estrechamente interconectado con el medio ambiente, la economía y la protección de los recursos naturales. Sin embargo, no es un secreto que problemáticas como la contaminación del aire, la congestión del tráfico y la disponibilidad de espacios verdes abiertos le vienen ganando la batalla a este nuevo modelo de ciudad. Revisemos el significado de las ciudades sostenibles, qué las caracteriza y cómo podemos trabajar como agentes de cambio para impulsar su crecimiento.

¿Qué son las ciudades sostenibles?

Una ciudad sostenible es aquella diseñada para abordar el impacto social, ambiental y económico a través de la planificación urbana y la gestión activa de su construcción. Todo esto al tiempo que se protege de los riesgos asociados al progreso. Por ejemplo, muchas de las iniciativas sostenibles en una ciudad se logran mediante la construcción de alternativas ecológicas en su infraestructura, tales como la adopción de carriles para caminar y ciclorrutas exclusivas para las bicicletas.

Por otro lado están las regulaciones y las multas como mecanismos de acción para lograr cambios. Estas pueden ser muy útiles para ayudar al planeta. Igualmente, pueden servir para estimular la creación de una cultura ciudadana fortalecida, que sirva como una capa adicional para proteger estas iniciativas.

Características de una ciudad sostenible

Según lo indicado por las Naciones Unidas en su plan de objetivos de desarrollo sostenible, para el año 2050 cerca de 6.500 millones de personas vivirán en ciudades. Esto quiere decir que la planeación de ciudades sostenibles es una prioridad. Sobre todo si queremos evitar todos los problemas asociados a la concentración desmedida y sin control de población.

Para evitar llegar a extremos de emergencia, repasamos con qué tipos de proyectos se puede compensar la huella de carbono de una organización para alcanzar un estado sostenible.

Transporte público

El transporte público asequible y rentable saca los automóviles de la carretera. Por consiguiente, logra reducir las emisiones nocivas de CO2 generadas por los autos y los combustibles fósiles. Reduce a su vez el número de desplazamientos diarios de personas a su trabajo, entre otras actividades.

Otra excelente manera fomentar prácticas ecológicas es incentivar los viajes alternativos, reservando ciertos carriles para autobuses, automóviles eléctricos y viajes compartidos.

Estaciones de carga de vehículos

Para las ciudades que esperan volverse neutrales en carbono, las estaciones de carga de vehículos deben convertirse en prioridad. Y es que un vehículo eléctrico produce cero emisiones de escape en comparación con un vehículo de pasajeros típico. Según los últimos cálculos, uno de estos puede producir 4,6 toneladas métricas de gases efecto invernadero al año.

Otra alternativa de igual impacto son los automóviles impulsados por hidrógeno verde. Estos coches pueden funcionar el doble de tiempo que un vehículo eléctrico antes de necesitar una recarga. Sin embargo, hoy en día solo existen 376 estaciones de servicio en todo el mundo.

Granjas solares

Las energías renovables son claves en las ciudades sostenibles. El mejor ejemplo es la energía solar, una industria en auge que actualmente crea empleos bien remunerados y estimula el crecimiento económico. Concretamente, solo durante el 2018 en Estados Unidos se crearon 110.000 nuevos empleos gracias a este tipo de energía.

Edificios ecológicos

El 30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo provienen de los edificios. ¿Una solución? Los edificios ecológicos. En efecto, este tipo de edificaciones logran reducir las emisiones de CO2 en un 32%.

Por otra parte requieren menos mantenimiento y tienen facturas de agua y electricidad más baratas. Esto es debido a la implementación de sistemas inteligentes de calefacción y refrigeración, materiales de construcción naturales, paneles solares y techos verdes, entre otros.

Conservación del agua

La huella hídrica toma protagonismo en las ciudades verdes de todo el mundo. Por ejemplo, se están dando movimientos que buscan la restauración de humedales y la plantación de árboles como la mejor forma de reducir la necesidad de infraestructura de bombeo de aguas subterráneas. Igualmente se están implementando políticas de protección de ríos y quebradas, a través de una legislación que castigue fuertemente su contaminación.

Espacios verdes públicos

Los parques, las vías verdes y los senderos, los árboles de las calles y las áreas de conservación protegidas son ejemplos de espacios verdes públicos. Estos se están usando para mitigar la contaminación, mejorar la salud pública e incentivar la biodiversidad.

Por otro lado, se están construyendo huertos comunitarios y granjas urbanas como apoyo para resolver los desafíos alimentarios. Además, fomentan el consumo de productos frescos de proximidad.

Gestión de desechos

Más que determinar un área de desechos, se debe crear toda una economía circular que les permita ser reutilizados. Y, de no ser posible su reciclaje por medios tradicionales, la recuperación de materias primas es una gran solución para estos residuos.

Tener ciudades sostenibles exige un esfuerzo de todos. Una correcta actitud de cuidado del medio ambiente, el control de la contaminación, el cumplimiento de las normas de vivienda y la utilización significativa de los recursos económicos tendrá un impacto positivo para el crecimiento sostenible de las ciudades. ¿Te animas a ayudar?

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